No soporto a mi pareja pero tenemos un hijo. ¿Qué hago?
La primera opción y mejor de todas, de ser viable, es tratar de superar los problemas de pareja. En todas las familias existen dificultades y momentos en los que puede dar ganas de tirar la toalla, pero de ser así, nunca encontraremos la felicidad pues si se pretende encontrar la relación sentimental perfecta, tal vez nunca se consiga, pues la perfección no existe, más aún teniendo en cuenta que ni nosotros ni cualquier pareja lo será, pues la imperfección forma parte de la esencia del ser humano.
De no ser posible superar los problemas de pareja y mantener una convivencia beneficiosa y relación sentimental satisfactorios para ambos y los hijos comunes, habrá que plantearse la posibilidad de tramitar una separación o divorcio.
A pesar de ello, los hijos no deben de ser el motivo que justifique el no separarnos, pues precisamente cuando existe un mal ambiente familiar, de no ser posible el correcto desarrollo y crianza de los hijos, lo mejor para los hijos es separase a tiempo antes de que la relación acabe en mayores conflictos y disputan.
Quiero dejar a mi pareja pero tenemos hijos
Precisamente la frase «quiero dejar a mi pareja pero tenemos hijos» no debería ser una excusa que nos lleve a retrasarlo o directamente no tramitar el proceso. No debemos de aguantar relaciones que no queremos, tampoco desecharla de manera tan injustificada que nos pueda llevar a una decisión de la que nos podamos arrepentir.
Si estás pensando, sintiendo o necesitando que quieres dejar a tu pareja el hecho de que existan hijos comunes no tiene que ser un impedimento, sino un aliciente.
Cada caso es diferente y es por ello que no se pueden generalizar soluciones familiares, cada familia tiene unas peculiaridades y unas necesidades concretas, pero como normal general, no será un buen ejemplo para nuestros hijos criarse en un ambiente en el que sus padres no se quieren bien, no son felices o no tienen una relación de amir, cariño y afecto que les de un correcto ejemplo a seguir en su edad adulta.
No me divorcio por mis hijos
Hemos escuchado en nuestro despacho de abogados en infinidad de ocasiones la frase de «no me divorcio por mis hijos», pero también hemos escuchado la frase «debería de haberme divorciado antes».
Por ello, es muy complicado acertar pues en muchos casos la decisión se toma por mantener la pareja o el matrimonio, que también supone tomar una decisión.
La decisión de divorciarse o separarse, es una decisión, pero el hecho de que no nos separemos o divorciemos por sentir que no es el momento «por mis hijos» también supone una decisión, que puede alargarse durante días, meses, años y vidas enteras.
No pasa nada, ante la duda es una muy buena opción mantener la relación de pareja o matrimonio, pero si existe una inquietud o necesidad de divorciarse y tenemos una lucha interior no resuelta que se va consolidando con el tiempo pesando más en la balanza mantener la relación que terminando, estaremos manteniendo una relación por falta de toma de decisiones, pues lo correcto sería decidir querer separarnos o no hacerlo, pero si el paso del tiempo decide por nosotros al final nos exponemos a no controlar el devenir y ello puede ser perjudicial para los hijos.
A qué edad de los hijos es mejor separarse o divorciarse
No hay una edad buena o mala para divorciarse pues siempre existirá un argumento o justificación para tomar la decisión que nos es más conveniente.
Por ejemplo cuando los hijos son muy pequeños podemos pensar que son demasiado indefensos y no es el momento de separarnos o divorciarnos o interpretar todo lo contario, que es el momento para que se críen conforme una realidad familiar consolidada en la que sus padres están separados.
De igual manera, en los casos en los que los hijos son adolescentes en muchos casos podremos justificar que no es el momento por estar en una edad difícil o que queda poco por aguantar y merece la pena demorar el divorcio, pero realmente ya son grandes para afrontar la ruptura de sus padres y hay que ser conscientes de que los hijos acabarán haciendo sus respectivas vidas y los que hayan dejado de hacer las suyas innecesariamente serás los padres si no se separan cuando lo necesitan.
La casuística es muy complicada y específica, pero en ningún caso habrá una edad buena o mala de los hijos comunes para divorciarse o separarse, habrá que saber lo que uno quiere y necesita, lo que necesitan los hijos y cuál es la mejor opción y momento de cada decisión para cada etapa familiar.
¿Vale la pena mantener un matrimonio por los hijos?
Desde nuestro humilde punto de vista no vale la pena mantener un matrimonio alegando que es lo mejor para los hijos, pues los hijos, repetimos, no necesitan forzosamente padres justos, sino responsables que saben tomar decisiones a tiempo, que puede ser estar juntos o en su caso separarse, pero no condicionar sus decisiones a concepciones tradicionales en las que parece que un divorcio o separación con hijos es malo.
No es que tengamos que tener algo o dejar de tenerlo. Tenemos que tomar decisiones sanas, conscientes y a tiempo con hijos o sin hijos.
Lo más beneficioso para los hijos es que sus padres se entiendan y estén juntos mientras que sea posible y que en el caso de que sea necesario o conveniente, separan separarse o divorciarse de mutuo acuerdo.