Los tipos de custodia de hijos que existen en España son custodia monoparental paterna o materna o compartida.
Es muy importante entender la diferencia entre todas ellas y su diferencia conceptual con la patria potestad.
La guarda y custodia son todas aquellas facultades que regulan la vida cotidiana de los hijos de familias divorciadas o separadas.
¿Qué tipo de custodia es mejor?
No existe ningún tipo de custodia mejor o peor, sino que la que mejor se adapte a las necesidades de los hijos.
Lo normal y deseable es que los hijos mantengan en todo lo posible el mismo proyecto familiar y estabilidad que venían disfrutando cuando sus progenitores estaban juntos.
Cuando una pareja o matrimonio está junta y tiene hijos los derechos y obligaciones son conjuntos e indistintos.
No es fácil quitar la custodia a una madre ni aún padre, si exclusiva ni la compartida, pues existe la tendencia de mantener la vigente y no modificarla salvo que concurra un cambio sustancial.
Que tipo de custodia es la mejor para los hijos
La mejor custodia para los hijos es aquella que proteja mejor sus intereses. No es la que prefiera la madre ni el padre. Mucho menos la que quiera o prefiera el propio hijo, pues hasta que no es adulto, al cumplir los 18 años, es evidente que está sometido a la patria potestad y guarda y custodia de sus progenitores.
Para todo hijo es lo mejor estar con su madre y su padre de la manera más amplia, flexible y natural. Hay que estudiar el arraigo, la disponibilidad y las específicas necesidades de los niños.
A qué edad puede decidir un hijo su custodia
Un hijo nunca puede decidir su tipo de custodia. Es muy popular la afirmación de que «ya queda poco para que mi hijo pueda decidir». En muchos casos unida al condicionamiento de que considere que van a decidir quedarse con su custodia y ello además derivará en un beneficio para los intereses del progenitor.
No hay que dejar que los hijos decidan su custodia. Se les tendrá en cuenta, en mayor medida cuanto mayor es su edad y madurez. Pero en ningún caso se puede pretender que decida el hijo, ni mucho menos influenciar al niño haciéndole sentir que pude decidir su custodia y regulación paternofilial.
Lo que no recomendamos es mantener un matrimonio sin amor solo por los hijos, pues no es buen ejemplo para ellos, ni para su infancia ni modelo adecuado para su vida adulta futura.