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Divorcio con hijos mayores de 18 años

En un divorcio con hijos mayores de 18 años no se debe de regular la patria potestad ni la guarda y custodia, de manera que no existirá derecho de visitas ni comunicaciones.

A los 18 años como todos sabemos se adquiere la mayoría de edad en España y cualquier mayor de edad (salvo casos de incapacitación) las personas tienen plena capacidad de obrar, lo que supone que ya no habrá que tomar sus decisiones esenciales (estudios, cuestiones médicas… etc), sino que será el propio hijo mayor el que las decida.

Cuestión diferente es que a pesar de ser mayor de edad, con 18 años no sea independiente económicamente como suele ocurrir.

¿Qué pasa con la pensión alimenticia después de los 18 años?

Como ya hemos indicado, la patria potestad, guarda y custodia y derecho de visitas finaliza con los 18 años, pero habrá que cubrir en especie y económicamente por medio de la pensión de alimentos sus necesidades.

Muchos clientes nos preguntan. ¿Qué pasa con la pensión alimenticia después de los 18 años? Pues bien, simplemente se mantiene, pues debe de abonarse hasta la independencia económica.

El concepto de independencia económica suele dar problema de aplicación práctica, pues no son pocos los casos en los que uno de los progenitores (normalmente el que abona la pensión de alimentos) tiende a considerar que existe independencia antes, mentiras que el otro progenitor (normalmente el que no abona la pensión de alimentos) suele considerar que existe independencia más tarde.

Hay que analizar el caso concreto y usar el sentido común, pues en muchos casos los progenitores se gastan un valioso dinero en un pleito de modificación de medidas precipitado, dejando de poder destinarlo al hijo común.  Siempre será mejor un acuerdo.

¿Qué pasa con la custodia cuando el hijo cumple 18 años?

El tema de la guarda y custodia  y patria potestad simplemente finaliza. Eso sí, en lo referente a la pensión de alimentos, se habrá tenido en cuenta el reparto de tiempo de cuidado de cada uno de los progenitores siendo menores, lo que cuando los hijos alcanzan la mayoría de edad debe de tratar de mantenerse, aunque evidentemente la situación de hecho fruto del cambio madurativo del hijo al adquirir la mayoría de edad es totalmente diferente.

¿Qué pasa con los hijos mayores de edad en un divorcio?

Los hijos mayores de edad en un divorcio deben de contar con la oportuna protección, pero evidentemente debido a su edad, al no ser menores, no tendrán una situación de gran vulnerabilidad. A pesar de ello, tener 18 años no supone necesariamente tener madurez.

Precisamente a loas 18 años se atraviesa una fase de cambio madurativo en la que se pasa de adolescente a adulto y un mal divorcio de los padres puede ser gravemente perjudicial. Por ello habrá que analizar las necesidades de los hijos caso por caso y ser razonables y generosos tratando de ofrecer la mejor regulación y aplicación en la práctica.

Además, en ocasiones existen hijos mayores y mejores y hay que tratar de amparar los derechos de todos conjuntamente. El rechazo de los hijos a los padres se produce en muchos casos por una mala gestión de la ruptura. Hay que incentivar la buena relación del hijo con su madre y padre y la cuestión económica no debe de enfocarse como intereses económicos individuales de cada progenitor, sino que debe enfocarse como el objetivo común de cubrir las necesidades del hijo común y que no le falte nada en la vida en ningún ámbito.

Dependiendo de los estudios y formación de los hijos podemos encontrarnos con familias separadas o divorciadas con hijos de 18 años independientes (por ejemplo si han realizado un grado medio y han tenido el mérito y suerte de incorporarse al mercado laboral) y de hijos con 30 años dependientes (que por ejemplo están terminado de estudiar medicina).

Habrá que analizar, insistimos, cada caso de manera independiente  personalizada.

Divorcio con hijos de 19 o 20 años

La mayoría de los hijos de 19 y 20 años no son independientes pues están terminando sus estudios académicos o formación profesional o habiendo terminado una u otra, están pendientes de encontrar un trabajo con ciertas garantías. No es suficiente tener trabajo, sino que debe de tener unos ingresos razonables (se suele tener en cuenta el salario mínimo interprofesional) y prolongados en el tiempo (al menos 3 ó 6 meses).

Divorcio con hijos de 21 o 22 años

Los hijos deben de aprovechar sus estudios y formación, de manera que en los casos los que no lo hagan se les puede declarar independientes a pesar de que realmente no lo sean, pues tampoco se puede someter a los padres a costear las necesidades de los hijos que no tienen el interés de hacerlo por sí mismos. Si un hijo ha estudiado un grado medio a la edad de 21 ó 22 años ya suele ser independiente. En el caso de que hayan estudiado un grado superior lo normal es que justo a los 22 años  estén cerca de finalizarlo, pero reiteramos, hay que analizar caso por caso.

Divorcio con hijos de 23 o 24 años

A los 23 ó 24 años los hijos que han estudiado un grado superior ya suelen ser independientes o estar a punto de serlo. También se debe de tener en cuenta si han cursado curso por año, o si se ha podido repetir o perder algún curso.  Es razonable que los hijos en determinados casos, ya sea por dificultades de aprendizaje o por contingencias (médicas, personales, traumas etc) repitan algún año, eso sí, dentro de lo razonable. Hay padres que en estos temas enfocan el hecho de que se termine su obligación de pagar alimentos como un alivio y liberación, cuando realmente lo importante no es que los padres dejen de costear las necesidades de los hijos, sino que los hijos tengan el mejor futuro profesional y calidad de vida posible. A los 24 años algunos hijos que han estudiado la carrera ya son independientes económicamente, pero lo normal es que tengan que realizar un master de especialización o desarrollo profesional, lo que en muchos casos supone que sean realmente independientes con 25 ó 26 años.

Divorcio con hijos de 25 o 26 años

En los divorcios con hijos de 25 a 26 años, lo normal es que los hijos ya sean independientes. Eso sí, no se trata de matemáticas, depende de lo que haya estudiado o en qué se haya formado cada hijo en ocasiones, como cuando por ejemplo estudian medicina, no serán independientes. Además, siempre y cuando sea razonable, en los casos en los que se está estudiando un doble grado (antiguas licenciaturas) o se ha comenzado unos estudios pero se cambia a otros, es posible que a los 25 ó 26 años el hijo en el contexto del divorcio aún no sea independiente. El caso de los opositores también es muy complejo. Reiteramos, que la prioridad no debe de ser quitar la pensión de alimentos cuanto antes, sino realmente que consiga el mejor medio de visa posible para su futuro.

Cuanto cuesta un divorcio con hijos mayores de edad.

En nuestro despacho de abogados, el precio de un divorcio con hijos mayores de edad de mutuo acuerdo es de 100 euros por cónyuge. Para el caso de que no sea de mutuo acuerdo todo se complica, pues no sólo se incrementan exponencialmente lo plazos y costes, sino además el enfrentamiento y tensión.

En muchos juicios de divorcio con hijos mayores, los hijos acaban participando en el proceso y son preguntados en el acto del juicio como testigos por los abogados, lo cual es una situación que deberíamos de tratar de evitar, pues los hijos no son los responsables ni por tanto deben de pagar los platos rotos (como se suele decir) del divorcio de sus padres.

Consejos divorcios con hijos mayores de edad.

El mejor consejo posible para un proceso de divorcio con hijos mayores es que se piense en ellos como prioridad pues les suele quedar muy poco para ser independientes y lo que no es justo es que se les someta a tensión y presión que no permita que aprovechen y disfruten una de las mejores etapas de la vida.

• Hay que llegar a acuerdos y no enfrentamientos.
• Hay que escuchar a los hijos mayores, pero no hacerles partícipes de los posibles enfrentamientos entre esposos.
• No pretender mezclar a nuestras nuevas parejas y nueva vida con nuestros hijos. Debemos de pensar que aun que para nosotros pueda ser algo maravilloso, en ocasiones a los hijos les cuesta adaptarse a los cambios y nueva situación y una precipitación puede dar lugar a rechazo y desencuentros.